Estos días de confinamiento le dejan a una mucho tiempo para pensar. Supongo qué por mi trabajo,  me vienen a la cabeza todas aquellas mujeres que están sufriendo violencia de género en el ámbito familiar.

Porque este tipo de violencia en estos momentos, más allá de estar controlada, yo diría que se desata. Cuantas veces oímos en la televisión noticias de este tipo: “un hombre ha matado a su mujer y luego se ha suicidado” o cosas similares.

Imaginaros, como tiene que ser la convivencia en un entorno violento. Si en ocasiones ya resulta difícil la convivencia en una relación sana, como será en una donde no existe el respeto, ni la igualdad, ni el equilibrio. Solamente el poder déspota de un hombre que castiga a la mujer, la golpea, la insulta y la menos precia y así una y otra vez, hasta que la mujer siente que realmente no sirve para nada. Hasta que consigue anularla como persona.

Por eso me gustaría que todas aquellas mujeres que están sufriendo violencia de género, sacaran fuerzas para poder denunciar esta situación y salir de ahí. Sé que no es fácil. Y ahí entra el coaching. Tengo la certeza de que él coaching es una herramienta muy poderosa para el desarrollo y el crecimiento personal. Una herramienta capaz de empoderar a la mujer, para que vea que existe una salida y para que comprenda que ella es una persona única y especial y que dispone de todos los recursos necesarios para cambiar su vida. 

El coaching es un proceso de acompañamiento, en el que a través de preguntas poderosas se consigue que la persona resuelva su situación sin victimizarla, sin decirle lo que tiene que hacer. Porque a las personas que nos apasiona el coaching y el desarrollo personal, creemos en el potencial que cada uno llevamos dentro, por tanto, sabemos que dentro de cada una de ellas, están sus propios recursos. Recursos necesarios para encontrar el camino que cada una elija vivir.