S.XXI, siglo de cambios constantes en todos los ámbitos de nuestra sociedad, incluyendo el educacional. La educación, a pasos agigantados, intenta adaptarse a una sociedad frenética, donde las nuevas tecnologías están altamente presentes. Ante una sociedad tan tecnològica y cambiante, necesitamos metodologías y herramientas que compensen ese ritmo.

Cada vez más las metodologías centradas en el bienestar del alumno se hacen más presentes y necesarias en el sistema educativo: Inteligencia emocional, mindfulness, yoga escolar…y ahora también el coaching educacional.

 El coaching educacional, está enfocado en el alumno, aunque también el docente, puede tener sus propio proceso de coaching, con un coach profesional. Lo importante aquí, es que el docente adquiera estrategias de coaching para educar mejor a sus alumnos.

El coaching en las aulas debe de aparcar metodologías directivas y aportar condiciones y crear situaciones que generen en los alumnos la autoreflexión.

Es por eso, que las metodologías como el mindfulness, ayudan a centrar al alumno en el «aquí y el ahora», el escenario perfecto para la autoreflexión. Los programas educativos con contenidos en escucha activa, asertividad y empatía… nos llevan a una mayor profundidad en la capacidad crítica y reflexiva de nuestros alumnos, con lo que es sumamente interesante considerar la integración de todas ellas en nuestro sistema educativo.

Aunque el coaching educativo está enfocado en el alumno, no hay que olvidar que cualquier metodología que implique crecimiento personal, los padres y los docentes tienen que estar en el mismo nivel. Sólo creando una triangulación de todos los agentes desde el entendimiento, habrá una mayor implicación y en consecuencia mejores resultados.

Así pues, el coaching educativo, ayuda a la atención individualizada de nuestro alumnado. No todo el grupo-clase aprende de la misma manera, ni al mismo ritmo, así pues, NO limita su potencial ni su creatividad; lo que se busca es ampliar su verdadedo potencial.

La autoreflexión nos lleva a la autoconsciencia, y a conocer mejor nuestras creencias limitantes, para desarrollar nuestro máximo potencial.